El sector del transporte por ferrocarril se halla sumido en una etapa de profundos cambios que prometen alterar el panorama general en unos pocos años. Se trata, en consecuencia, de una época vital, en la que todos y cada uno de los actores implicados deben tomar parte para aprovechar las ocasiones que este hecho supone y, entre todos y cada uno, posicionar al ferrocarril en un escalón muy superior al que se halla hoy en día.
La Unión Europea es totalmente siendo consciente de este hecho, y ha convertido el ámbito ferroviario en un tema de la máxima prioridad en el desarrollo del modelo europeo de transporte del futuro que puede atraer
oportunidades de negocio. Con este fin, se han dictado una serie de directivas que fuerzan a todos y cada uno de los estados miembros a proseguir esta línea marcada, no sin un sacrificio notable, dada la diferente situación actual de esta forma de transporte en aspectos tan vitales como son los normativos, competenciales, infraestructurales, de interoperabilidad, de mantenimiento, homologaciones, etc.
Prueba de esta prioridad asignada al campo del ferrocarril, es la actividad normativa de los últimos años. El marco regulatorio decretado por la Unión Europea a fin de configurar el nuevo modelo de transporte ferroviario está comprendido, primordialmente, por:
Directiva 91/440/CE
donde se regula la necesidad de separar la infraestructura ferroviaria de la operación, en organismos independientes.
Libro Blanco “La política europea de transportes de cara al dos mil diez: la hora de la verdad”
con la meta, entre otros muchos, de pelear contra la congestión a través de el reequilibrio de los modos de transporte, a través de la creación de un marco de tarificación equitativo para todos y cada uno de los modos, prioridad en el desarrollo de la red transeuropea de ferrocarril y la creación de un espacio ferroviario europeo integrado.
Primer paquete ferroviario, constituido por las Directivas 2001/12/CE, 2001/13/CE, 2001/14/CE,
que regula en materia de capacidad de la infraestructura, tarifas para los usuarios de la infraestructura y certificados de seguridad. Su foco es, en terminante, la liberalización efectiva del mercado ferroviario, en especial en materia de mercancías. Su plazo de incorporación era el quince de marzo de dos mil tres, si bien varios Estados miembros han infringido este plazo (España entre los mismos).
Directiva 2001/16/CE,
que regula en materia de interoperabilidad del sistema ferroviario usual. Plazo límite de incorporación: veinte de abril de dos mil tres.
Segundo paquete ferroviario, constituido por las Directivas 2004/49/CE, 2004/50/CE, 2004/51/CE,
que regulan en materia de seguridad, interoperabilidad y apertura de los mercados, respectivamente, y el Reglamento CE ochocientos ochenta y uno/dos mil cuatro, que establece la Agencia Ferroviaria Europea.
Tercer paquete ferroviario, que incluye las Directivas 2007/58/CE y 2007/59/CE, además del Reglamento 1371/2007/CE,
pretende proseguir avanzando en el proceso de configuración del espacio ferroviario europeo integrado, ampliado a veinticinco Estados miembros, agilizar el proceso de liberalización del transporte de mercancías y también comenzando el proceso de liberalización del transporte de viajantes, tanto en el ámbito intracomunitario como comunitario.
Cuarto paquete ferroviario
En desarrollo hoy en día, el cuarto paquete ferroviario, ofrece un enfoque integrado que pretende crear condiciones de desarrollo del tráfico ferroviario general, incrementando su cuota de mercado conforme se haga más fiable y eficaz. La meta es prosperar los servicios y permitir al tren explotar su potencial infrautilizado, de forma que se convierta en una alternativa real y atrayente.
A pesar de esta batería de acciones de la Unión Europea proclives a la consecución de un espacio ferroviario europeo integrado, el nivel de implantación real de esta legislación es diferente entre los diferentes Estados miembro, y al ferrocarril todavía le queda un extenso recorrido para lograr el nivel de desarrollo objetivo de las Administración Comunitaria.
